martes, 23 de junio de 2009

A Traición

No se me ocurre otra forma de titular esta entrada, bueno, si, la otra era "me la metieron doblada", pero queda menos fino, jaja.

No penséis mal, mentes calenturientas, no va por esos derroteros la cosa, no se que será peor.

Pues resulta que iba al dentista, a que me mirara la boca, que ultimamente me dolían algo los dientes, y quería saber que pasaba, y que podía hacer para evitarlo.

Llego a la consulta con mis acompañantes, odio los médicos, y a menos que lleve escolta que me obligue a ir, no creo que hubiera aparecido, jeje.

Pues eso, que llegué allí, no había nadie más esperando, así que entré sin esperar. Entró el dentista, y se puso a mirar, abriéndome la boca que más no me daba. Cogió una jeringuilla enorme, y empezó a pincharme, y entre el dolor de los pinchazos, y que las agujas no me gustan nada, pues lo pasé bastante mal.

Después de un rato pinchando, guardó la jeringuilla, y me dejó levantarme de la silla. Yo ya me iba, pensando que todo había acabado, pero nada más lejos de la realidad, aún me esperaba otra sorpresa. El dentista dijo que esperara en la sala de espera, ya que lo que me había inyectado era un anestesiante, que me iba a sacar la muela. Me quedé a cuadros, me salió un "ostia, no jodas" (con perdón, que mal hablado soy), y eso que apenas podía hablar con la anestesia. Mientras esperaba, me reía por no llorar, esperando mi destino, que a los 5 minutos sucedió. Volví a entrar en la consulta, y empezó la operación, que bueno, mucha operación no es, es más acertado decir que es tirar del diente hasta que sale, asi que menuda sensación, de que podía arrancarme más de uno, creo que pocas veces lo he pasado tan mal.

Y en resumen eso, que en apenas 10 minutos que estuve allí, entre para una simple revisión, y salí dolorido, con un diente menos, y un par de días a dieta, ya que comer algo sólido, más bien poco de momento.

No es que pretenda hacer de mi blog una especia de diario, contando que cosas hago, cuando voy al baño, etc, jeje, pero es que me fastidió tanto, que tenía que soltarlo.

Bueno, haber cuando puedo escribir cosas más útiles.

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