viernes, 31 de julio de 2009

Un respiro

Bueno, esta entrada no es de ningún tema en especial, es sobre todo para informar.

Como a todo el mundo, o la mayoría, tarde o temprano, en verano, la familia decide ir a algún lado de vacaciones, y claro, yo también. En 12 días más o menos me iré a alicante a disfrutar de unas breves vacaciones que no he tenido en 2 años, por lo que durante los 11 días que esté no podré escribir aquí, ni leer nada, casi seguro, ya me informaré de algún ciber de la zona, o si pillo conexión en el apartamento, jeje.

Pero tranquilos, os dejaré lectura, antes de irme escribiré un capítulo más de Vampiria 2, será bastante largo, así que espero que no os aburráis mientras no estoy, así hacéis tiempo hasta que vuelva, y pueda escribir el siguiente capitulo, que me lo reclaman día tras día, cosa de la cual me alegro, eso debe ser que os está gustando, haber si se me va ocurriendo alguna otra estando allí, y así ya tengo más que escribir, jeje. Por supuesto, acepto sugerencias de sobre qué escribir, jeje.

Bueno, lo dicho, me pondré manos a la obra lo antes posible para poneros el siguiente capítulo, que me llevara un tiempo escribirlo, que es largo, por lo menos por donde quiero dejarlo acabado es un cacho largo, así que haber cuando puedo ponerlo para que lo leáis, jeje.

Ya me despediré para esos días llegado el momento, jeje.

Por cierto, como habréis visto, he conseguido meter musiquilla por aquí, haber si meto más canciones, que solo puse 4, a modo de prueba, jeje, haber si os gustan.

lunes, 27 de julio de 2009

El Schweppes Mágico

Bueno, todo el mundo habrá visto el anuncio de Nicole Kidman haciendo promoción de los refrescos Schweppes, a mi me encanta el de naranja, no se por que, jaja.
Volviendo al tema, en dicho anuncio he podido observar varias cosas, pero antes, a ver el video.


Bueno, lo primero que es rarisimo, es capaz de soltar el típico AHHH, que todo el mundo suelta al beber algo fresquito y con burbujas, sin apenas abrir la boca, y con la botella aún en la boca, cosa que yo no creo que fuese capaz de hacer, jaja. Lo segundo, debe encantarla el Schweppes de ese sabor, ya que si no no me explico la velocidad a la que se lo traga, en 3 tragos contados, se ha cepillado la botella entera. Vale que las botellas no son enormes, pero a mi me llevan 8 ó 9 tragos bebérmelas enteras. Debe tener una gran afición, jeje.
Para lo tercero, necesito otro vídeo, ahora vereis.




Este es el mismo anuncio, de otro país, ligeramente más corto. ¿Os habéis dado cuenta?

Pues de aquí viene el título de la entrada, por obra y gracia divina, tachan, ya no es verde, es transparente, se ha convertido en tónica, la cual engulle a la misma velocidad que me sorprendió anteriormente, lo cual me hace pensar que le gusta tanto la tónica como el sabor ese de antes, marca Schweppes debe encantarla.
Podría pensarse que es el mismo anuncio, que lo han vuelto a rodar, y cambiado la botella, pero, en mi opinión, es prácticamente imposible, ya que ambas escenas en las que se bebe la botella son idénticas, los mismos tragos, postura, todo, por lo que o es muy buena actriz (cosa que es verdad, pero no creo que llegue a esos extremos), o la magia de los ordenadores ha aparecido en escena.

Es un poco bobada, lo se, pero me ha llamado la atención, jeje.

sábado, 25 de julio de 2009

Vampiria 2 Capitulo 5

Totalmente absorto en mis pensamientos, el viaje se me hizo muy corto, y llegué a Budapest. Desembarqué en la terminal internacional, y me dirigí a la salida del aeropuerto. El cielo estaba cubierto de nubes negras que amenazaban una fuerte tormenta, y me subí el cuello de la gabardina, para estar más tapado.
- Disculpe, ¿es usted el señor Kira? - me preguntó una voz grave por la espalda.

Me quedé estupefacto, ni siquiera me había dado cuenta de que ese hombre se me acercó. Me giré para ver quien era, y me encontré con una persona de mi estatura, aproximadamente, piel clara, ojos pequeños y penetrantes, cejas cargadas, y bastante corpulento. Vestía con un traje totalmente negro, acompañado con un bombín en su cabeza.

- Si, soy yo - respondí tras un breve silencio.
- Acompáñeme, por favor.

Nos dirigimos al aparcamiento del aeropuerto, y nos introdujimos en un Mercedes de los antiguos, con un morro enorme, como un tanque, también de color negro. Durante el trayecto nadie dijo palabra alguna, no daban demasiada conversación mis acompañantes, y la verdad, tampoco tenía muchas ganas de hablar. Al rato nos detuvimos, y bajamos del coche. Tras cerrar las puertas, el Mercedes volvió a ponerse en marcha, y se alejó de nosotros. Me encontraba frente a la iglesia de San Matias, una obra arquitectónica del siglo XII, pero restaurada hace algo más de un siglo, así que es relativamente nueva, comparada con cualquier otra catedral o iglesia del mundo. No era demasiado grande, y estaba totalmente hecha de mármol, lo que la hacía bastante interesante de ver. El portón estaba hecho de madera de roble, con talladuras representando fragmentos de la Biblia. Tras una breve vista a la iglesia, nos adentramos en ella sin más dilación. Recorrimos un largo pasillo en cuyas paredes había innumerables frescos, tanto de la Biblia como de la historia de la ciudad. Mi acompañante y yo nos paramos frente a un fresco, en el cual aparecía una vista aérea de la ciudad entera, a modo de mapa. El personaje que me acompañaba miraba inquieto a su alrededor, cerciorándose de que nadie nos veía, y acercó su mano al fresco, sobre la zona donde estaba dibujada la catedral, y al tocarla apareció una cerradura tras ella. De su bolsillo sacó una llave pequeña de hierro y bastante oxidada. La introdujo en la cerradura, y al girarla, toda la pared que abarcaba el fresco se abrió, descubriendo una larga escalinata alumbrada por antorchas. Nos adentramos en la abertura que se había abierto ante nosotros, y descendimos por la escalera, a medida que la pared volvía a su posición original.

- ¿No le preocupa que alguien pueda tocar el fresco y descubrir este túnel?
- Pues no, está prohibido tocar los frescos, y además, varios de los nuestros trabajan en la iglesia.
- Que interesante.

Seguíamos descendiendo, como si la escalera no tuviera final. Una luz empezaba a vislumbrarse al fondo. Aquella bajada desembocó en un pasillo larguísimo, con enormes columnas que sostenían el techo. Mientras lo recorríamos observé que había muchas puertas, que parecían dar a otros pasillos, o incluso a habitaciones para los futuros cazadores. De algunas puertas asomaban niños, unos 16 años, otros 10, incluso algunos pequeños de 6 ó 7 años atrevían a asomarse tras la protección de los mayores, observando con curiosidad lo que sucedía. Un murmullo recorrió todo el pasillo, palabras casi inaudibles. Después de una larga caminata, nos detuvimos frente a otra puerta, más grande incluso que el portón de la iglesia, y más impresionante todavía. La puerta estaba hecha de bronce con incrustaciones de piedras preciosas y grandes vidrieras, en las cuales se distinguía el escudo de la Orden, y la lucha entre cazadores y otros monstruos, tales como hombres lobo y vampiros.

- Le están esperando, pase, por favor.
- De acuerdo.


El extraño personaje desapareció en un instante al decirme aquello, y yo me quedé quieto frente a la puerta, estaba nervioso, no se que me iba a encontrar detrás. Tomé aire, y golpeé con fuerza la puerta varias veces. Esperé un rato sin resultado aparente. Poco a poco, la puerta empezó a abrirse, descubriendo una gigantesca sala de reunión, con largos bancos repletos de cazadores que me miraban impasibles, preguntándose quien sería. Al fondo ascendía una especie de trono con 6 sillas, destinadas a los 6 sabios de la Orden, los jefes, por decirlo de alguna forma. Me acerqué lentamente hacia ellos, atravesando la fila de bancos y aguantando las intensas miradas de todas esas personas. Por fin estaba delante de los 6, viendo sus decrépitas caras cubiertas con unas capuchas de sus túnicas. Hubo un silencio sepulcral, ni siquiera se oían los latidos de mi corazón, que parecía que no quisiera palpitar para que no se le oyera.

- Bienvenido a esta sala - rompió el silencio uno de los 6.
- Ya he venido, ¿qué queréis de mí? - pregunté impaciente, no sentía precisamente respeto por esas personas.

Un murmulló recorrió la sala.

- Eso es una falta de respeto hacia los sabios de nuestra Orden, discúlpate - saltó uno de los asistentes.
- Si, discúlpate - repetía toda la sala.
- Silencio - ordenaron al unísono los 6.

Todos callaron de inmediato.

- Como puedes ver, aquí se encuentran los mejores cazadores del mundo, y ellos si nos tienen respeto, tu insolencia siempre fue un rasgo muy significativo en ti, Kira.

Todos en la sala se quedaron estupefactos al oír mi nombre, pero al poco tiempo, ese silencio se transformó en un gran bullicio. Todos comentaban cosas sobre mi, pero no llegué a entender nada.

- ¿No era solo una leyenda? - decían varios cazadores.
- Si, nos habíais dicho que murió hace 10 años.
- ¿Cómo?¿Habíais difundido que había muerto? ¡Malditos carcamales, como os atrevéis a decir que había muerto y ahora me pedís ayuda!
- Tranquilizaos, ahora os explicaremos todo - intervinieron los sabios.

Todo volvió a silenciarse, atentos a la explicación, en especial yo.

- Como ya os habíamos dicho hace tiempo, Kira ha sido uno de nuestros mejores cazadores. Hace 10 años marchó a una misión y no volvimos a tener noticias suyas, y en este oficio, si no se sabe algo de alguien en una misión, siempre se piensa lo peor, hasta hace poco. Como sabéis, tenemos espías por todo el mundo, y hace unos días uno de ellos descubrió a un cazador matando a un vampiro en un parque con una tremenda habilidad, y enseguida se dio cuenta de quien era y nos aviso de inmediato, y entonces te hicimos llamar.
- ¿Y qué queréis de mí?
- Puede que sea el encargo más importante de tu vida, te contaremos una historia que supongo que conocéis. Hace muchos siglos hubo una gran batalla entre vampiros y hombres.
- Esa historia ya me la conozco, es una leyenda que nos contáis a todos los que venimos aquí.
- No es una leyenda, fue real la batalla.

Tras decir esto, cayó una cortina que estaba detrás de ellos, quedando al descubierto un fresco gigantesco con horribles imágenes de batallas entre vampiros y cazadores, y en un primer plano, el cazador más importante de la época, y un mito entre todos Edward Van Hellsing, descendiente del doctor Van Hellsing, conocido por haber matado a Drácula. En su mano sostenía una gran espada que desprendía un resplandor. Se estaba enfrentando a un vampiro que destacaba sobre los demás, con los colmillos mas largos y afilados, más amenazador que ninguno que hubiera visto anteriormente. Su mirada inyectada en sangre aterrorizaba al más valiente de los cazadores.

- Este es un fresco que muestra la antigua batalla, y a sus máximos exponentes, Edward Van Hellsing, y el conde Clauthor, líder de la orda vampira. Ambos sostuvieron una gran batalla hasta la extenuación. Aunque ganamos la guerra, el conde Clauthor consiguió matar a Edward y huyó. Todo este tiempo se ha mantenido escondido, pero desde hace unas semanas nuestros espías en la zona del Himalaya nos informaron de que hay una pequeña concentración de vampiros, pero aumenta poco a poco. Por esa zona se encuentra un castillo que antiguamente pertenecía al conde Clauthor que ha estado deshabitado durante siglos, pero hemos barajado la posibilidad de que Clauthor haya vuelto, y que esté reuniendo a sus seguidores allí, no sabemos el por qué. Enviamos a varios cazadores en cuanto conocimos la noticia, y hasta la fecha no ha vuelto ninguno de ellos. Hemos llegado a una situación crítica, no sabemos nada de lo que pasa allí, y al enterarnos de que seguías vivo, decidimos llamarte para que fueras a ver cómo esta la situación, y si son ciertas nuestras sospechas, matar a Clauthor.
- ¿Y qué os hace pensar que voy a aceptar la misión?
- ¿Cómo osas negarte a nuestras órdenes?
- Vosotros mismos lo habéis dicho, siempre he sido un insolente.
- Te lo mandamos a ti porque pensamos que eres el más adecuado.
- ¿Ah, sí?¿Y por qué soy el más adecuado?
- Lo pensamos porque tú mataste a su hija hace 10 años.

CONTINUARÁ

domingo, 19 de julio de 2009

Vampiria 2 Capitulo 4

Pasó una semana entera sin que pasase nada especial, siguiendo al rutina diaria, y pensando en las últimas palabras del vampiro.

Otra mañana más volví a despertarme sudoroso a causa de la misma pesadilla que no me dejaba descansar en paz. Me vestí y salí de casa a trabajar sin desayunar, no tenía hambre. Mientras cerraba la puerta vi que había una carta en el suelo del rellano. Me agaché a recogerla, no tenía remite, tan solo venía mi nombre escrito. Di la vuelta al sobre para abrirlo, estaba cerrado con cera, y en ella estaba grabado el sello de la Sagrada Orden de los Cazadores, órgano dirigido por el mismísimo Papado. En esta orden eran ingresados desde muy pequeños a los futuros cazadores, sufriendo duros entrenamientos día tras día, hiciera Sol o estuviera helando, deseando morir para no tener que seguir soportando esa tortura. Me quedé estupefacto al verlo, y volví a entrar a casa a toda prisa. Cerré la puerta y abrí la carta a marchas forzadas, inquieto por saber que es lo que quiere la Orden de mí después de tantos años.

"Señor Kira:
La Sagrada Orden de los Cazadores le ruega acuda a una reunión de vital importancia en la ciudad de Budapest con el propósito de encargarle una misión. Esperamos que aparezca en el plazo de una semana desde que usted reciba la carta. Le esperamos ansiosos. "

¿Una misión para mí? Sonaba bastante extraño, con todos los cazadores que había repartidos por el mundo, por qué me habían elegido a mi, a pesar de llevar 10 años inactivo. Tal vez se hayan enterado de lo ocurrido la semana pasada, pero es imposible, no les puede haber dado tiempo a descubrirlo en tan poco espacio de tiempo. Dentro del sobre también venía un billete de avión para Budapest para mañana. No iba a aceptar el trabajo, fuera el que fuese, no volvería a matar a ninguna criatura excepto para defenderme, nada más. Tiré la carta a la basura y marché a trabajar. Al llegar solo encontré a Naru, que ya había limpiado casi todo el local.
- Buenos días, y perdón por haber tardado. ¿Has limpiado tú sola todo esto?
- Hola, y no, también está Tina, aunque está más callada que de costumbre, lleva rara toda la semana. ¿Sabes qué la ha podido pasar para estar así?
- No tengo ni idea.

Tras esto apareció Tina tras el mostrador, y al verme se puso pálida, más todavía de lo que era. Todavía debía estar asustada por lo ocurrido aquella noche.
El día pasó sin pena ni gloria, totalmente monótono por la falta de conversación por parte de Tina, que evitaba estar cerca de mí por todos los medios posibles, pero intentado que Naru no notara nada. Al fin llegó la hora de cerrar, pero esta vez me quedé yo solo, las otras dos salieron a toda prisa a casa. Cerré el establecimiento y volví a mi casa. Cené algo ligero y me acosté. Lentamente mis ojos se fueron cerrando, como si desearan que esa pesadilla se repitiera de nuevo. Finalmente me quedé profundamente dormido.

Me encontraba en un parque totalmente desierto, y envuelto en una niebla tenebrosa. Caminaba muy despacio, observando atentamente cada rincón del lugar, sin perder detalle de nada. Los árboles formaban grotescas figuras que con la poca luz que atravesaba la intensa niebla creaban formas monstruosas. El aire estaba muy viciado, como si estuviera en una cueva. El fluir del agua me llamó la atención, y me acerqué al torrente del que emanaba la cristalina agua. Formé con las manos una especie de cuenco, cogí un poco de agua, y me la eché en la cara. Al abrir los ojos se me hizo un nudo en el estómago. Las manos estaban llenas de sangre, y el agua se tansformó en una riada de sangre, procedente de los árboles, que ya no lo eran, eran montañas de cadáveres que me rodeaban, y el cielo se oscureció. Alcé la vista, y una orda de vampiros ávidos de sangre se acercaban. Yo estaba totalmente indefenso, y en un instante todos los vampiros se abalanzaron sobre mí. Antes de que llegaran a tocarme, una luz cegadora apareció entre esas bestias y yo, haciéndolas desaparecer sin dejar rastro. No distinguía nada en el interior de la luz hasta que se disipó totalmente. Mientras mis ojos se volvían a adaptar lentamente a la luz del ambiente, una figura borrosa se acercaba a mí con paso firme. A cada paso suyo yo retrocedía dos, no sabía quien era y no quería arriesgarme. Cuando mis ojos por fin podían ver algo, vi su cara, esos ojos rojos como la sangre que en tantas pesadillas habían aparecido, esos ojos que vi por última vez mientras clavaba una estaca en su corazón. Me quedé paralizado, no podía creer lo que estaba viendo.

- ¿Qué te pasa, Kira? Ni que estuvieras viendo un vampiro - dijo con una sonrisa burlona.
- No puede ser, no puedes estar viva, yo...yo te maté.
- Ya lo sé, pero antes de eso ya estaba la muerta, o no sabes que los vampiros son muertos vivientes.
- Sí, pero quiero decir que yo te hice desaparecer.
- Es verdad, pero solo he venido para decirte que debes matarme otra vez.
- ¿Qué?
- Lo que has oído, tienes que hacerlo.
- ¿Cómo puedes pedirme eso otra vez? No puedo hacerlo de nuevo, no podría vivir si te volviera a matar. Te quiero más que a nada, y no quiero volver a sufrir la misma tortura que estoy pasando ahora.

Su suave mano acarició mi cara, sonriendo dulcemente.
- Lo siento, pero deberás volver a hacerlo.
- No, no puedo.
- Claro que si.
De repente ella se transformó en vampiro, y me atacó.

De un salto me levanté de la cama. Estaba sudando a chorros como todos los días, pero esta vez no era por la misma causa que las otras, una extraña sensación recorrió mi cuerpo. Fui a la cocina, y mientras estaba preparándome el desayuno, observé el cubo de la basura, y vi la carta de la Sagrada Orden que había tirado ayer. La recogí y volví a leerla con atención. Este sueño debe significar algo, lo presiento. Después de 10 años con la misma pesadilla, y que de repente el sueño cambie es algo sospechoso. Cogí el teléfono y llamé a Naru.
- ¿Diga?
- Naru, soy Kira.
- Hola, ¿querías algo?
- Era para decirte que no iré a trabajar, tengo que irme de la ciudad por una temporada por un asunto familiar.
- ¿Podría saber qué asuntos?
- Lo siento, no quiero hablar de ello.
- Tranquilo, intentaré cubrirte las espaldas, pero no tardes en volver.
- Gracias, y dila a Tina que me perdone.
- ¿Qué tiene que perdonarte?
- Ella lo entenderá. Hasta pronto.
- Que todo te vaya bien.

Colgué el teléfono y me dirigí a mi habitación a preparar las cosas para el viaje. Abrí el armario de par en par, saqué toda la ropa que tenía guardada, y quité el tablón del fondo, descubriendo un compartimento secreto que hice hace mucho tiempo. De dentro saqué mi traje de cazador, un traje de cuero negro, muy flexible, a juego con una gabardina negra, con múltiples bolsillos en ambas prendas, para guardar las armas que usaba en mi época de cazador. Me lo puse, y preparé una mochila con todo el dinero que tenía, comida, y las pocas armas que había conservado. Tras esto, salí de mi casa en busca de un taxi. Encontré uno a pocas manzanas, y me llevó al aeropuerto. Al llegar, me dirigí a la puerta de embarque, y subí al primer avión con destino Budapest.

CONTINUARÁ

miércoles, 15 de julio de 2009

Vampiria 2 Capitulo 3

Tras esta breve meditación seguí mi camino hasta casa, y me tumbé en la cama a descansar un rato, había quedado agotado tras la discusión. Sin darme cuenta llegaron las once de la noche, y me levanté de la cama para ir al cementerio y averiguar quien era la persona que provocaba esas muertes, y si era ella la que aterrorizaba la ciudad.

Caminé hasta el cementerio, y mientras esperaba a que sucediera algo me quedé mirando su tumba. La niebla se hizo todavía más espesa, y tras varias horas de espera no pasaba nada fuera de lo normal, ni un alma paseaba por el cementerio. Me disponía a volver a mi casa, y cuando estaba en la verja de la entrada, una figura se dibujaba en la niebla. La sombra se fue aclarando lentamente, hasta que la silueta de una mujer surgió. No era ella, ya estaba a mi altura, y era un chica de unos 16 años, pelirroja, un poco pálida, y de ojos grises.
- ¿Qué haces por aquí a estas horas?¿No has leído el periódico? - la pregunté interesado, y decepcionado al no encontrar a quien yo quería - Este lugar es muy peligroso.
- Lo mismo podría preguntarle yo a usted. A mi me pilla el cementerio de camino a mi casa, vengo de casa de una amiga. Pero si le parece peligroso, podría acompañarme hasta mi casa, si no le importa, claro.
- No te preocupes, no es molestia.

Me puse a su lado, y caminamos lentamente por el cementerio, sin hablar demasiado. Al poco, la chica pareció tropezarse con algo y cayó al suelo.
- ¿Estás bien?¿Te has hecho daño?
Me agaché para ver que la había pasado, y la observé el tobillo cuidadosamente.
- No es nada, solo que tengo algo de hambre y no me di cuenta de donde pisaba.
- ¿No has cenado en casa de tu amiga?
- No tenía nada que me gustase.

Su voz cambió, y su aspecto también. Su cara de niña se transformó en un grotesco rostro con unos enormes ojos de color rosado, una nariz aplastada contra su horrible rostro, y unos colmillos alargados que le sobresalían de su boca. Se lanzó hacia mi cuello, pero justo antes de que me hundiera sus colmillos, conseguí detenerla sujetándola por los hombros.
- Eres un vampiro.
- Y tú eres mi cena.
Con un fuerte empujón me separó de ella, golpeándome contra un árbol cercano. Me levanté del suelo con la espalda dolorida, y arranqué una rama puntiaguda del árbol.
- ¿Qué pretendes hacerme con eso? Eres un iluso, no podrás hacerme nada.
- Eso es lo que tú crees.

Ella se elevó varios metros sobre el suelo y se lanzó casi en picado contra mí. Cuando se encontraba a pocos metros del suelo, con su mano derecha lanzó una bola de fuego azulado. Rápidamente salté hacia un lado, dando una voltereta, esquivando su ataque. Al rodar cogí una piedra que había en el suelo, y al levantarme, se la lancé, golpeándola en la cabeza. Se quedó suspendida en el aire, doliéndose de la cara. Ésta es mi oportunidad, y salí corriendo hacia una de las múltiples tumbas que había frente a la vampiro. Apoyándome sobre ella, cogí impulso y salté, esgrimiendo la rama que había arrancado antes, y sin dándola tiempo a reaccionar, se la clavé en el pecho. Un agudo grito de dolor recorrió el cementerio, estremeciendo hasta a los fantasmas que vagaban perdidos por allí. Cayó fuertemente contra el suelo, gimiendo de dolor, revolviéndose como la cola de una lagartija cuando es arrancada. Me puse a su lado, mirando como sufría esa bestia venida del infierno.
- No puedo morir, soy inmortal. ¿Quien eres? - preguntaba entre gemido y gemido.
- Soy un cazador que estaba de vacaciones.
- ¿Un cazador?¿Cuál es tu nombre, maldito mata-vampiros?
- Me llamo Kira.
- ¿Kira? No puede ser, decían que era una leyenda...
- ¿Cómo?¿Qué es lo que sabéis de mi?

Me agaché y la zarandeé de un lado a otro intentando sonsacarla alguna información, pero fue inútil, en un instante se transformó en polvo en mis manos, y el viento se lo llevó lejos de allí.
Me levanté y fui hasta mi casa, pensativo en las últimas palabras de la mujer vampiro. ¿Qué sabían los vampiros de mí? Hacía 10 años que no mataba a ninguno, pensé que mi nombre había sido olvidado, tanto entre cazadores como entre vampiros. Por suerte, mis habilidades como cazador no las había olvidado, si no ahora estaría muerto. Mi sangre puede satisfacer a los vampiros si yo quiero, y si consiguen controlar la que chupan. En este caso, sin duda habría muerto.
Llegué a casa, y en cuanto entré me fui a la cama a dormir, pero no lo conseguí hasta ya avanzada la noche, le seguía dando vueltas a esas palabras.

CONTINUARÁ

domingo, 12 de julio de 2009

Vampiria 2 Capitulo 2

Salí de ese lugar y seguí mi camino a marchas forzadas, se me había hecho tarde. Conseguí llegar a tiempo, y sin más demora me puse a trabajar.
- Buenos días, Kira - me saludó Naru, una de mis compañeras del trabajo.
Naru es una mujer muy guapa de 24 años, con la piel morena y suave, ojos marrones oscuros, y el pelo largo y castaño, enroscado en una coleta para que no la estorbase al trabajar.
- Hola - la respondí.
- No tienes buen aspecto esta mañana, pero sigues estando igual de bueno - intervino Tina, otra compañera del curro, bastante mal hablada y algo fresca.
Tina también tiene 24 años, y le va el rollo gótico. Tiene la piel pálida, aunque ella la palidece aún más poniéndose maquillaje, el pelo teñido de color negro azabache, y está muy obsesionada por el sexo masculino.
- Buenos días a ti también - la respondí obviando sus comentarios.

Tras saludarnos empezamos a trabajar, barriendo el suelo, limpiando las mesas, atendiendo a los pocos clientes que se acercan a horas tan tempranas, etc. A mediodía el local se llenó de personas, y cuando tuvimos un momento de respiro comimos algo para reponer fuerzas. En ese descanso cogí el periódico y lo leí para evadirme durante un rato del trabajo. Pasaba sin apenas observar los reportajes que venían, hasta que vi uno que me impactó.

"Una mujer ha aparecido muerta en el cementerio de la ciudad a causa de una fuerte hemorragia en el cuello. En dicha parte del cuerpo había dos pequeñas marcas, similares a un mordisco. Este suceso no es el primero con estas características, ya que hace 10 años hubo varias muertes por las mismas causas. En su momento se pensó que podía ser obra de vampiros, esas criaturas que se alimentan de la sangre humana, pero se descartó, ya que son seres mitológicos, y se barajó la posibilidad de ser un asesino en serie con esa peculiaridad. Las muertes de hace 10 años dejaron de ocurrir de repente, sin que la policía descubriese al culpable. Se tuvo como sospechosa a una chica joven, y casualmente, en el asesinato de ayer, varios testigos afirman haber distinguido entre la niebla la figura de una mujer en la zona del suceso. La policía de momento no quiere alarmar a la población ante la posibilidad de un asesino en serie, y mantiene la postura de que habrá sido algún animal salvaje que se ha acercado a la ciudad de las montañas, algún lobo o algo parecido."

Una alegría muy grande brotó de mi interior, cabía la posibilidad de que ella haya vuelto a la vida, y debía convencerla de que dejara de matar a más gente y se quedara conmigo para el resto de nuestras vidas. Tras leer el artículo volví al trabajo, y las horas se me pasaban volando, esperando el momento de ir al cementerio y volverla a ver.

Llegaron las 9 de la noche, la hora de cerrar, Naru se había marchado y solo quedábamos Tina y yo para cerrar. Limpiamos todo el suelo y recogimos los utensilios de trabajo, apagamos las luces, y salimos por la puerta trasera para poder cerrar todo correctamente. La puerta daba a un callejón estrecho y oscuro, sobre todo al anochecer, levemente alumbrada por la luz de emergencia que había en la parte superior de la puerta. Cerré con llave, comprobando que quedase bien trancada. Al girarme, Tina se abalanzó sobre mí, rodeándome con sus brazos y empujándome contra la pared. Comenzó a besarme el cuello, y después en la boca, apasionadamente.
- ¿Pero qué haces? - conseguí preguntar cuando me dejó libre la boca.
- Hacía tiempo que quería montármelo contigo, no sabes las ganas que tenía de quedarnos tú y yo a solas. Tú déjate llevar, te haré disfrutar como nunca.

Volvió a besarme en la boca, jugueteando con su lengua dentro de mi boca, entrelazándola con la mía, sin dejar de moverla, inquieta. Yo intenté relajarme, olvidarme de mis preocupaciones, y dejar que Tina hiciera lo que tenía pensado. Ella me desabrochó la camisa mientras seguía besándome el cuello, y sus manos fueron descendiendo hasta llegar a mis pantalones, intentando desabrocharlos apresuradamente. Cerré los ojos y dejé la mente en blanco. Poco a poco empezaron a surgir imágenes borrosas en mi mente, no era capaz de distinguir nada. De repente, esos ojos rojos que tanto echaba de menos aparecieron, clavados fijamente en mí, observando furiosos lo que estaba sucediendo. Yo me sobresalté, abriendo los ojos y alejándome de Tina, que estaba arrodillada ante mí, y yo tenía los pantalones totalmente bajados.
- Estate quieta, por favor, esto que estamos haciendo no está bien.
- ¿Qué te pasa, no te gusta cómo te lo estoy haciendo?
- No es eso. Por favor, vete a casa.
- Hasta ahora nadie me había rechazado, maldito desgraciado, yo siempre consigo lo que quiero con los hombres, nadie me deja a medias. Seguro que eres un marica de mierda, un gay al que le va que le den bien.
- Puedes pensar lo que quieras, ahora vete y déjame tranquilo.

Me subí los pantalones, y poco a poco me alejé de ella.
- Nadie me dice lo que tengo que hacer, y esto todavía no ha acabado, no quedará así.
Tina me agarró por la espalda, me gire y me dio un guantazo con todas sus fuerzas, haciendo que la mejilla izquierda me sangrara, ya que tenía en el dedo un anillo. Me toque la cara, y me acerqué la mano a los ojos para ver cuanto me sangraba la herida.
- Espero que con esto ya estés satisfecha y me perdones.
- No, esto no es suficiente. Te seguiré dando tortas hasta que me canse, y haré de tu vida un infierno. Lamentarás este día toda tu vida. Un mierda como tú no podrá encontrar a una chica a la que amar, haré lo que esté en mi mano para que no lo consigas.

Volvió a alzar su mano, y cuando se disponía a golpearme nuevamente más furiosa que antes, la detuve el golpe agarrándola fuertemente la muñeca.
- Pero qué haces, maldito imbécil, suéltame el brazo - gritaba mientras intentaba soltarse.
No respondí nada, estaba totalmente mudo. Alcé mi mirada hasta que la cruce con la suya, y vi su cara de espanto, aterrorizada de lo que estaba viendo. En sus pupilas vi que mis ojos se habían vuelto de un color azul muy claro y siniestro, que parecía que brillaba con luz propia. Estaba cegado por la ira tras oír sus palabras, hacía mucho tiempo que no estaba tan enfadado, casi no podía razonar.

- ¡Qué sabrás tú de mi vida, zorra de mierda. No sabes lo que ha sucedido en mi vida ni las penurias que he pasado en estos diez últimos años. No sabes lo que he llegado a amar, ni lo que he perdido, no sabes nada! - grité furioso, intentando controlar mis sentimientos para no matarla.

Tras gritarla, conseguí calmarme casi por completo. Mis ojos dejaron de resplandecer y la solté la muñeca. Ella se la acarició suavemente, y sin mediar palabra, seguramente por el miedo a que se volviera a repetir esa situación, se marchó. Yo me quedé un rato en el mismo lugar en el que me encontraba, recapacitando sobre lo que había sucedido. Mis instintos y sentimientos se habían apoderado de mí por primera vez, jamás me había pasado anteriormente. Una gran fuerza brotó de mi ser, tanta que apenas fui capaz de controlarla. Un poco más de tiempo en ese estado y la habría matado sin dudar ni un instante. ¿Ésta era la verdadera fuerza de los cazadores?¿Es tal que ni siquiera nosotros podemos controlarla?

CONTINUARÁ

viernes, 10 de julio de 2009

Vampiria 2 Capitulo 1

Estaba envuelto en sudor, respirando con dificultad, y mi corazón palpitaba tan fuerte que se podía oír a varios metros de mi. Como cada noche, la misma pesadilla me atormentaba, me venía a la mente cuando conseguía conciliar el sueño. A pesar de que ya habían pasado 10 años desde aquel suceso, cada vez que cierro los ojos me viene a la cabeza su muerte, o su asesinato, ya que fui yo quien la mató.

Ella me suplicaba que la matara, que era un engendro y que no podía seguir viviendo entre humanos, e incluso me atacó para obligarme a matarla. La dí la oportunidad de seguir viviendo sin que tuviera que asesinar a más humanos para alimentarse y saciar su sed, pero no quiso hacerme caso. A pesar de ello, me siento culpable de su muerte, la quería con todo mi corazón, y aún así la maté. ¿Pero como un cazador como yo pudo enamorarse de una medio-vampiro?

Tras ese día no volví a ser el mismo. Había hecho mi trabajo, pero no estaba feliz. Siempre pensé que los vampiros eran un virus que había que eliminar de la Tierra, y sigo pensando lo mismo, pero ella no debía morir, ella no. Día tras día esas imágenes me torturan sin cesar, recordándome lo despreciable que soy, de que no tengo corazón, siendo capaz de hasta matar a la persona que amo. No me lo perdonaré, jamás podré hacerlo.

Desde aquel fatídico día no he vuelto a cazar, me he olvidado por completo de ello. Siempre he viajado de ciudad en ciudad, investigando y cazando a esos vampiros, pero ahora no. Me he quedado en la ciudad donde la conocí, yendo cada día al cementerio, a la tumba de su madre, y al lado hice otra tumba con su nombre, y enterré las pocas cenizas que quedaron de ella. Me quedo enfrente de ella, llorando como un bebé, suplicando al cielo que la haga volver, aunque solo sea un instante, para decirla que la quiero, pero hasta el momento no se ha cumplido mi deseo. Muchas veces he intentado olvidarla, pero entre que esos recuerdos me atormentan continuamente, y que aun conservo la marca de sus colmillos en mi cuello, no he podido hacerlo.

Me levanté de la cama y fui al baño a darme una ducha, y así poder tener un momento de relax. Tras haberme tomado el baño, me dirigí a la cocina a desayunar. Apenas tenía apetito, tan solo tomé un café, y volví a mi habitación. Abrí el armario y cogí el pantalón, la camisa y la chaqueta de la famosa empresa en la que trabajo, el McDonalds. Tras el incidente, acabé ese curso, y dejé los estudios. El siguiente año lo pasé sumido en mis pensamientos y mi dolor. Conseguí reponerme un poco, y como no podía vivir sin dinero, busqué un trabajo. Por suerte para mí, en McDonalds no me pusieron ningún obstáculo en mi ingreso, y desde entonces trabajo allí.

Después de vestirme cogí las llaves de casa y marché. Bajaba las escaleras del edificio despacito, intentando no hacer mucho ruido, era temprano. Salí por la vieja puerta del edificio y me dirigí al McDonalds, que se encuentra a 5 manzanas de mi casa, teniendo que atravesar Central Park. Todavía no había salido el Sol, y la tenue luz de las farolas iluminaba suavemente el camino. Ni el cielo ni las estrellas se podían distinguir a causa de la intensa niebla que había en la ciudad. El viento helado del invierno recorría cada rincón de la ciudad, y el frío te calaba hasta los huesos.

Caminaba con la mirada perdida, sin mirar nada en concreto, totalmente absorto en mis pensamientos. Pasé por Central Park sin darme cuenta, y llegué a mi antiguo instituto. Lo contemplé durante largo tiempo, y me encaminé a su parte trasera. Allí seguía, tras 10 años, el árbol en el que ella se apoyaba para pensar, estaba igual que entonces. Todavía recuerdo cuando un chico mayor que ella le pidió salir y ella le rechazo, y me pilló espiándola. Una lágrima recorrió mi cara, y la brisa helada me devolvió a la realidad.

CONTINUARÁ

PD. Esto es a modo de aclaración, puede que algunas veces acabé el capitulo a medias o algo así, y que el siguiente continúe siguiendo el anterior, es que tampoco quiero escribir demasiadas parrafadas, para no aburriros.

Y bueno, lo tengo que escribir todo, no puedo copiarlo y pegarlo de mi relato ya hecho, así que me lleva un tiempo, jeje

Espero que os guste entero, jeje.

miércoles, 8 de julio de 2009

Otro test

Bueno, ayer no pude hacerlo, pero tal como dije, cumpliré, y haré el test que me mandó Yopo.
Yo siempre lo llamaré test, es que memé me suena rarísimo, jaja.

El de hoy es responder solo si o no, ya veré si matizo alguna respuesta, dependiendo la pregunta. Bueno, pues al lío, jeje.

- ¿Tienes un diario? Si, lo tuve, pero ya no escribo nada en él desde hace 2 ó 3 años, así que no se si cuenta, jaja.

- ¿Crees en el amor? Si, que sería del mundo sin amor.

- ¿Sabes cocinar? No, se hacerme bocadillos de pan bimbo, si eso cuenta, jaja.

- ¿Te quieres casar? Si, no es algo que me obsesione, pero si que quiero.

- ¿Te gustan las tormentas? Más bien no, ya que no puedo ir a sitios, y si es eléctrica, se puede apagar el ordenador, y entonces como escribiría el blog, jeje.

- ¿Podrías comer un gusano? Casi fijo que no.

- ¿Te consideras pijo? No, creo que soy lo opuesto, jaja.

- ¿Perdonarías una infidelidad? Si, una si, si fuese costumbre, tendría que plantearme muchas cosas.

- ¿Aprendiste a andar en bicicleta? Si.

- ¿Te has quedado dormido en público? Bueno, dormido del todo, no, medio sopa más bien.

- ¿Te atreves a cantar en un karaoke? No, canto fatal.

- ¿Podrías ser vegetariano? Creo que imposible, sin carne no podría vivir.

- ¿Te has pasado una noche bailando sin parar? No, si soy malo cantando, bailando no digamos, jaja.

- ¿Has perdido alguna vez tus llaves? No, y que dure.

- ¿Eres de los que les gusta la coca cola? La bebo, aunque normalmente no la pido.

- ¿Tienes carné de conducir? Si.

- ¿Te gustaría saber el día de tu muerte? No, creo que no, prefiero saber otras cosas del futuro que esa.

- ¿Has subido a un helicóptero? Si, hace muchisimo tiempo.

- ¿Podrías matar a alguien? Por poder, yo creo que si, si fuese necesario, pero no querría afrontar las consecuencias de tal cosa.

- ¿Aprendiste a nadar? Si, como un perrito, jajaja.

- ¿Te gustaría tener un pene/unos pechos más grande/s? Haber, pechos, si decimos mejor pectoral, pues si, estar mas cuadrado, jaja. Y respecto al pene, estoy bien como estoy, nadie se ha quejado, jaja.

- ¿Roncas? No, ya que apenas duermo por que el resto de mi casa si que ronca, jaja.

- ¿Lloraste en Titanic? No, casi lloro al ver el tostón que tuve que tragarme.

- ¿Te has emborrachado alguna vez? No, men sana, corpore sano, jeje.

- ¿Olvidaste el cumpleaños de alguien querido? Desgraciadamente si, a veces soy muy despistado.

- ¿Te has quedado en blanco en un examen? No, en uno solo no, jaja. Es horrible.

- ¿Has viajado en barco? Desde que tengo uso de razón no, pero me han comentado que de muy pequeño si, pero eso no cuenta.

- ¿Has dado o recibido una patada en los huevos? Dar, nunca he dado, y recibir, pues es uno de los riesgos del balonmano, aparte de los balonazos, que dolor al pensarlo.

- ¿Te han robado la cartera? No, y que dure también.

- ¿Has pasado la noche en un calabozo? No.

- ¿Te has desmayado alguna vez? Si, menudo golpe me debí dar, al menos eso dijeron.

- ¿Te fuiste sin pagar en algún bar o restaurante? Si, pero fue culpa del camarero, que estuve 20 minutos en la barra esperando, y que no venía, que estaba ligando con una chica, y opté por irme, por pesado.

- ¿Has escrito cartas de amor? Si, y he pasado por el ridículo de darlas a esa persona, y por supuesto, por la respuesta negativa de la susodicha, que infancia mas triste, snifff.

- ¿Pagarías por sexo? No, aunque cuando empiece a ser aun más feo, puede que no haya más remedio, jajajaja.

- ¿Morirías por amor? Si se puede encontrar otra opción, mejor, que morir es algo muy serio, pero en el caso, si es amor de verdad, yo creo que si, pero espero no llegar a ese punto.

Bueno, creo que ya acabé. Yo no puedo nominar a nadie nuevo, ya que mi amigo Yopo, solo puedo nominar a shop girl, que espero que lo lea, jeje.

jueves, 2 de julio de 2009

Vampiria

Bueno, mi intención con el blog, aparte de expresar mis opiniones y pensamientos, aunque algunos acaben resultando muy raros, jaja, era también poder escribir historias, redactarlas y que la gente las lea, opine sobre ellas, e incluso escribirlas entre todos. No se me dan especialmente bien, pero yo haré un esfuerzo, siempre he deseado conseguir escribir un libro, o más de uno, los que se puedan, y ya sea de forma íntima, o por el blog, que conseguiré escribir una historia decente.

Esta entrada, es más que nada explicatoria, ya que yo escribí una historia hace tiempo, pero era una especia de continuación de una que escribió una amiga hace años, y lo que haré es resumir brevemente su relato, para así poder entender el mio. Lo pondría entero, pero es su relato, y es algo que respetaré. Yo quedé bastante contento con el mío, no es muy allá, pero al menos lo acabé, jeje, pero no lo copiéis, ehh? Iré poniendo cada cierto tiempo un trozo, en capítulos, tengo que pensar como dividirlos también.

Bueno, pues el relato de mi amiga trataba sobre una jovencita, que era mitad humana, mitad vampiro, que trata de llevar cada día con la sed de sangre que tiene. Va al instituto, ya que por su parte humana, no le afecta el sol, y allí conoce a Kira, que en realidad resulta ser un cazador de vampiros, pero que acaban llevándose bien, más o menos. No quiero escribir mucho más, que luego me acusan de destripar las historias, pero bueno, leyendo el principio de la mía, más o menos se deduce el final de la primera.

Está desarrollada desde el punto de vista de la chica, en primera persona, y por no perder ese estilo, la mía también la escribí en primera persona.

Haber si os gusta cuando la empiece, no os cebéis mucho conmigo si es muy mala, jeje.