
Los protagonistas principales son Chris Pratt y Bryce Dallas Howard, que realizan unas interpretaciones más que aceptables, en el caso de Pratt manteniendo ese aire macarra que mostró en Guardianes de la Galaxia en su interpretación de Peter Quill, y mezclando un poco en su personaje a los protagonistas de las anteriores entregas, la pasión por los dinosaurios de Alan Grant (Sam Neill) y el cinismo en la acción de los humanos sobre ellos de Ian Malcolm (Jeff Goldblum), como el mismo Pratt reconoció en algunas entrevistas. La dirección recayó sobre Colin Trevorrow, bien asesorado por Steven Spielberg, que presenta un buen guión con buenas escenas de acción y de efectos especiales, tal vez algo ensombrecido por ciertos toques sensibleros que no aportan nada a la película, como puede ser la posible separación de los padres de Gray y Zach. La música, como no podía ser de otra forma, corre a cargo de John Williams, continuando su partitura original, aportando esa sonoridad épica y grandiosa de los dinosaurios.
El recibimiento del público ha sido inmejorable, superando el record de recaudación en la primera semana que poseían Los Vengadores, ya que es un título que atraía a los niños de ahora, y a los que disfrutaron de la primera película sobre todo hace ya 22 años. Algunos medios la ponen como la mejor secuela de todas, sólo por detrás de la primera, y otros dicen que no esta a la altura, variedad de opiniones, aunque en lo que si concuerdan la mayoría es que entretiene al público, y no puedo estar más de acuerdo, una película que entretendrá a todo el mundo y que da el pistoletazo de salida a la era Disney de los dinosaurios, ya que se tiene prevista realizar una trilogía siguiendo los pasos que ha marcado esta primera, y tengo la esperanza que cada entrega de un paso más allá y vayan superándose, consiguiendo una trilogía a la altura de la primera película que tanto gustó hace 23 años.
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