martes, 30 de marzo de 2010

Mis 50 palabras

Hace tiempo, mi amigo Yopopolin, que sacó la idea del blog de una amiga suya (menuda cadena de plagios, jaja) escribió 50 palabras, las que definen su vida, o las que simplemente le resultan interesantes.

Es curioso las palabras que puedes llegar a pensar sobre ti, a veces muy pocas, pero pensando un poco más, 50 palabras quedan muy cortas. Me ha costado mucho, teniendo que descartar alguna que otra, pero al fín encontré, bueno, más bien elegí, las 50 palabras que pueden definirme.


DEPORTE, AMIGOS, FAMILIA, CHOCOLATE, BALONMANO, JAPÓN, VIDEOJUEGOS, LIBROS, MANGA, ITALIA, RESPONSABILIDAD, MELODY, PELÍCULAS, HEAVY-ROCK, BARCELONA, DIBUJOS, ESCRITOR CHAPUCERO, INTERNET, CENAS, PACIENCIA, ALICANTE, SHINICHI, CURIOSO, AVENTURA, CARIÑO, INDECISO, RELAX, PASEOS, EKOLE, CARÁCTER, SAN FRANCISCO, RECUERDOS, DOLOR, PLAY, HABITACIÓN, ROCE, CHANDAL, CARTAS, TELE, PANZA, BRISA, CORTO, PISCINA, CALORCITO, IDIOTA, PATATAS, BESAR

Bueno, creo que estas son más o menos palabras importantes para mí. Ahora, a modo de video, una promo de una de mis series favoritas, para mi la mejor promo de dicha serie, y bueno, que tiene cierta similitud con esta entrada, jeje.


martes, 23 de marzo de 2010

Justice Metal

Los tenues rayos de Sol del amanecer empezaban a colarse a través de las viejas cortinas de la ventana. Atravesando la habitación, se empezaba a distinguir un pequeño cuarto, con poco mobiliario. Estaba muy desordenada, la ropa colgada del respaldo de una silla de estudio, y cubría casi la totalidad del suelo, y otra silla, ésta de madera, se encontraba tumbada en el suelo. Los rayos de Sol seguían su camino, despejando la oscuridad del cuarto.

Uno de los rayos rebotó en una antigua armadura medieval, cubierta de un oscuro polvo, impasible ante el paso del tiempo, observadora de todo lo que ocurría en ese cuarto desde hacía años. A pesar de la cantidad de polvo que tenía acumulado, eso no evitó que al caer sobre ella la luz solar, reluciese como si fuese de oro.

Otra superficie metálica interceptaba el camino de los rayos de sol. Era estrecho y alargado, pero brillaba mucho más que la vieja armadura, la luz se reflejaba con mayor intensidad, esclareciendo el ambiente lúgubre de la habitación.

No se escuchaba ningún tipo de sonido, un silencio sepulcral, solo roto cada pocos segundos por un sonido similar a un goteo, proveniente del propio cuarto.

- A todo cerdo le llega su San Martín, eso dicen - murmuraba el detective Tyler, entre sudor y sangre.

Mantenía bien sujeta una espada medieval, empujando desde la empuñadura contra la pared, y por su filo resbalaba un hilo de sangre. Entre la espada y la pared, se encontraba un hombre ensartado por el pecho, y en sus pies un charco de su propia sangre, que caía gota a gota desde la espada.

- Ya puedes salir, pequeña - dijo mirando hacia un armario al fondo del cuarto.

Las puertas del armario estaban entreabiertas, y se veían unos pequeños ojos azules, temblorosos, asustados, llenos de lágrimas, de miedo, de dolor, que se mantenía dentro, sin cesar de temblar.
- Sal, te prometo que no volverá a tocarte.

Tyler abrió las puertas del armario, y cogió a la pequeña en brazos, que tenía las ropas rasgadas, y se la llevó de alli. Tras si quedaron un cadaver ensartado, un charco de sangre, y un armario, cuyas puertas estaban forradas de fotos de niñas pequeñas, desnudas, violadas, y asesinadas.

FIN

lunes, 15 de marzo de 2010

Vampiria 2 Capitulo 9

Recogí las últimas cosas de la habitación y salí en busca de Clauthor. Estaba encerrado en una de las torres, y tuve que bajar un montón de escaleras. Llegué al edificio principal, y no sabía por donde empezar a buscar. Sabía que el ritual para liberar al dragón era en el sótano, pero no sabía donde estaba. Tomé un largo pasillo que me llevaba ante una puerta negra.

Entré y descubrí un enorme ataúd muy ornamentado con joyas, con figuras talladas. Cerca de él había una pequeña palestra, con un libro, en apariencia bastante antiguo, abierto encima. Al parecer estaba en cuarto de Clauthor, y era posible que ese libro sea en el que pone todo lo que él me dijo del dragón. Me acerqué al libro y empecé a hojearlo. Pasé páginas para atrás, y vi que todo lo que me había contado Clauthor era cierto. En el libro indicaba el lugar exacto, y como ordenar las espadas, y ponía que era muy peligroso despertarle de su letargo. Ponía que solo podían despertarlo los vampiros, ya que ellos fueron sus creadores, y necesitaban el poder vampiro para revivirle, es decir, sacrificar a vampiros. Por eso Clauthor había reunido a tantos vampiros aquí, los necesita para su sacrificio, y seguro que ellos no saben nada. Eso es demasiado cruel, incluso para Clauthor. La buena noticia es que el dragón no puede estar expuesto a la luz de la luna llena, y por suerte, hoy era luna llena.

Cerré el libro con rabia al no encontrar nada para detener al dragón, pero la contraportada no se cerró. Observé que la contraportada era un poco extraña, y al tocarla noté que tenía doble fondo. Saqué un cuchillo que tenía enfundado en el cinturón y quité la parte interior de las tapas, que era de cuero. En ese pequeño hueco encontré un papel un poco amarillento por el paso de los años, y había escrito un par de líneas.
“El dragón es una amenaza para la existencia humana, incluso más que los propios vampiros. Para detenerlo, busca en su nido las respuestas que requieres”
No comprendía muy bien lo que querían decir esas palabras, pero por lo menos ya era una pista de cómo detener al dragón, por lo menos interpretándolo literalmente.

Cerré el libro totalmente, salí de la habitación y me dirigí al gran salón, y allí tomaría otro camino, con un poco de suerte será el correcto para llegar al sótano. De repente se empezó a escuchar unos extraños cánticos, sonidos muy tétricos y espeluznantes que provenían de otro pasillo, aún más largo que el anterior. Sin más demora tomé ese pasillo y lo recorrí rápidamente, con la esperanza de poder llegar a tiempo y evitar una catástrofe. Al final llegué ante una pequeña puerta, de donde venían los cánticos cada vez más fuertes. Tragué saliva, y sin dudarlo ni un momento entré. Bajé unos estrechos escalones en espiral, y otro estrecho pasillo. Tras el pasillo aparecí ante una gigantesca sala, sin ningún tipo de ornamento, al fin y al cabo me encontraba en un sótano. Había un camino pegado al muro, y al final una escalera que bajaba a una especie de foso muy ancho, en el que había un montón de vampiros alrededor de una piedra gigantesca de forma esférica. Un poco alejado de ellos se encontraba Clauthor, que estaba situando las 3 espadas que había robado en unas extrañas muescas. Tras esto se alejó aún más del resto de los vampiros.

Pocos segundos después un brillo de un tono violeta atravesó de lado a lado la sala, rebotando en la pared y dirigiéndose a las espadas. Atravesó las tres joyas, variando en cada tramo su color, y de la última joya el rayo se refractó contra el techo, y desde ahí cayó formando un círculo alrededor de la piedra, quedando los vampiros atrapados en su círculo. Pronto todos empezaron a brillar en un tono verde fluorescente, gritando de alegría, pero pronto esa alegría se transformó en dolor, gritos desgarradores que te atravesaban el alma, e instantes después explotaron todos. Líneas verdes aparecieron en la roca, asemejándose a venas y arterias, como si la piedra empezase a tener vida. Empezó a sacudirse la tierra, un pequeño terremoto marcaba el comienzo del fin. El terremoto paró, pero unos sonidos graves y fuertes, como golpes de un bombo, inundaron la sala. Eran los latidos del corazón del dragón, que ansiaba salir de su largo letargo, deseando sembrar el terror en la Tierra. Los latidos eran cada vez más fuertes, casi ensordecedores, y todo cesó.

Un silencio sepulcral inundó el lugar, no me atrevía a respirar para no romper esa quietud. Miré a Clauthor, y le vi un gesto de impaciencia, de agobio al ver que no salía su arma secreta. Yo respiraba aliviado al ver que había sido una falsa alarma, además, ya tenía el camino libre para matar a Clauthor. Me disponía a salir de mi escondite cuando una explosión gigantesca proveniente de la roca me hizo cambiar de idea. Todo estaba lleno de polvo, no se distinguía nada. Poco a poco se fue aclarando el lugar, y me quedé boquiabierto.

CONTINUARÁ

jueves, 4 de marzo de 2010

¿Tú sabes.....?


Últimamente me está pasando esto de forma continua, es algo que me pone de los nervios, incluso llega a molestarme, y seguro que no soy el único al que le pasa, es una forma de incordiar a la gente, pero puede que el que lo haga ni se esté dando cuenta, o si se está dando cuenta, y lo sigue haciendo, directamente es un mamón.
La cosa es simple, aunque hay 2 formas de tocar las narices de esta forma.
La primera, es que estás con alguien, hablando de lo que sea, y te pregunta algo sobre una tercera persona, y claro, al no tener ni idea de lo que te pregunta, pues le respondes que no sabes, pero no se conforma con la respuesta, y sigue preguntando, y sigue. Tú intentas aguantar el tipo sin perder las formas, pero por dentro te está comiendo, estás deseando que cambie de tema.
La otra forma, y que para mí, es la más cargante, es por teléfono. Cuando te llaman, y te preguntan "¿Está fulanito?", y como no está, pues le dices que no, pero como no puede quedarse con la intriga, te empieza a preguntar a ti, aunque sea cosas que solo puede saber la tercera persona. Y le dices que no sabes, y aun sigue insistiendo, que si sabes tal, que si cual, y ya la mano tiende a colgar el teléfono sin más, para no tener que seguir aguantando ese alivión de preguntas sin respuesta.
Espero no ser al único que le ocurre y que le pone de los nervios, no quiero que me tachen de histérico, jeje.